Bismillahi Rahmani Rahim
A muchos nos ha pasado que al entrar en el islam nos enseñan que debemos aprender a pensar bien de los demás, a tratar de ser mejores personas y mejorar nuestra forma de ser con nosotros, pero sobre todo, con los demás , porque lo hacemos por Allah. Para ganar su complacencia.
Encontramos innumerables versos del Corán que nos invitan a tener buen comportamiento, tratar de ser caritativos, compasivos con los demás, poner excusas a la gente y siempre perdonar los errores de los demás.
Pero a veces nos llegamos a sentir mal, porque consideramos que no somos lo suficiente buenos con los demás. Y nos derrumbamos emocionalmente.
Porque tratamos de hacer las cosas bien con Allah y al final algo sale mal, ponemos todo el esfuerzo de nuestra parte y ante el mundo parece lo contrario.
¿Nos hemos puesto a reflexionar sobre la influencia de la sociedad sobre nosotros?
Pocas veces nos ponemos a pensar que nuestra actitud y pensamiento es fruto de generaciones, alimentando diferentes formas de pensamientos para sobrevivir. Vivimos en sociedades que nos han enseñado todo lo contrario a lo que enseña el islam como el famoso dicho:
“piensa mal y acertaras” “el que no tranza no avanza”
Cuando el islam dice:
“Dale setenta excusas a tu hermano” “No hagas mal a los demás”
“Si quieres tener éxito en la vida ayuda a tu hermano “
¿Pero cómo luchar con eso si es un pensamiento muy común en las sociedades? Muchas veces se le toma a la gente por inteligente al pasar sobre los derechos de los demás o por sobresalir a costa de los demás, a la gente es común que se le elogie por saber cómo actuar frente a la sociedad y esquivar las situaciones difíciles que tiene, el relacionarse con los demás. Sin importar mucho en la justicia o los valores que se le da a los demás.
Mucha gente está acostumbrada a cumplir sus objetivos pasando sobre los demás.
¿Pero porque se da esto?
Por generaciones la gente es educada y programada para aprender a sacar ventaja de los demás y pensamos que los demás hacen lo mismo, es difícil romper programaciones colectivas por y para las masas, en los medios de comunicación, ponen a los malos como chistosos así como si fuera broma, para muchos causa entretenimiento y diversión hacer maldades, pero cuando entramos en el islam se nos enseña todo lo contrario y desprogramarnos mentalmente no es tarea fácil, no solo es de leer y uno empieza a practicar automáticamente.
Son actos que requieren de mucho esfuerzo, suplicar a Allah que cambie los pensamientos, practica continua, constancia, estudios constante, conciencia a un cambio o disposición a un cambio consiente así como después tener una mentalidad de que la gente no va a comprender fácilmente como: Porque quieres comprar a un precio justo, o que uno se vuelva más callado que antes, o tratar de pensar bien de los demás,
Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘Âs informó que el Profeta la paz y bendiciones sean con él, en reiteradas veces le dijo a sus Compañeros:
«Los de buen carácter son los mejores de nosotros”.
Y también dijo:
«Las malas palabras y las charlas de chismes no tienen nada que ver con el Islam. El mejor de las personas es aquel que mejor trata a sus semejantes».
Los Saĥâbah que Allah este complacido con ellos. Oían las nobles enseñanzas morales del Profeta, y veían con sus propios ojos de qué excelente manera él trataba a las personas.
Ellos obedecían sus palabras y seguían su ejemplo. Así fue como se estableció una sociedad que nunca ha sido igualada en la historia de humanidad.
Seguir las enseñanzas islámicas a veces nos hace parecer tontos en la sociedad, al tratar de ser justo, de pensar bien de los demás, al hablar solo de lo necesario sin criticar y difamar a la gente , seguir indicaciones y reglas establecidas por la sociedad por temor a Allah. Nos podemos llegar a sentir raros o extraños.
También es común que entre musulmanes se critiquen y piensen mal de uno a otros pero lo más importante es tener fuerza de voluntad y dejar de mirar a los demás.
Centrarnos en nosotros mismos y seguir el noble Corán es lo único que nos dará el éxito en esta vida y en la otra.
En gran reto, es el trabajo con nosotros mismos y cuidar de nuestras palabras, pensamientos y sobre todo nuestros actos.
Recuerden siempre.
Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘Âs informó que el Profeta la paz y bendiciones sean con él, en reiteradas veces le dijo a sus Compañeros:
«Los de buen carácter son los mejores de entre nosotros”.
Y eso incluye desde los pensamientos, pues los pensamientos se convierten en acciones.